jueves, 12 de julio de 2012

Final...o principio (Él)

Él se asombró al ver la lágrima, un sentimiento de felicidad se apoderó de su corazón, pues él estaba a punto de soltar otra al ver que ella estaba allí y era real... Se acercó a sus labios, puso su mano en su mejilla y recogió la lágrima.

-¿Que pasó, te alegras de estar aquí...?

-No es eso...es que....yo...yo quise besarte...y no pude...

Un sentimiento abrumador recorrió su cuerpo en ese instante, él la miraba a los ojos arrepentido de haber malinterpretado la situación, ella solo podía apartar la mirada...pero entonces...supo que era el momento, y el tiempo se detuvo a contemplar aquel instante, y después de recoger su lágrima de discordia, ella movió suavemente su mandibula un poco hacia el...y...él...cerró los ojos...respiró profundamente...se mojó los labios...

-Es que...j...

Soltó un leve suspiro para que ella supiese lo que iba a suceder...y con la dulzura con la que las flores caen al suelo en un dia primaveral...acercó sus labios a los suyos...pensando que no iba a poder parar de besarla nunca más...

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martes, 10 de julio de 2012

Distancia

Llegan al bus, él se ofrece a ayudarla con la maleta, y ella lo rechaza. Está nerviosa, decaída, huidiza. No le mira a los ojos y él querría perderse en los suyos. Parece un conejillo asustado, y él, sin saber bien qué pasa, siente que la ha desencantado.

Suben y se sientan, ella hacia la ventana, de la que no quita ojo entre que espera a que él se siente. Al hacerlo, se la aprende entera con los ojos. Cómo se aparta periódicamente, y de forma inconsciente, el pelo del flequillo. Cómo de profundo respira. Cómo su mano araña su pantalón, pensando en que no le ve nadie. Cómo le cae el pelo por los hombros, dejando ver el derecho, de piel visiblemente suave y tersa...y cómo se va quedando dormida. Ya le había hablado de lo rápido que se duerme en los transportes, pero a él le hace gracia verla pelear contra su propio cuerpo, forzándose a abrir los ojos, pero aún sin decirle nada, sin mirarlo...poco a poco, ella cede, se reclina, su cabeza cae y su rostro, con los ojos cerrados, queda inclinado hacia él.

Él la mira fijamente, sin saber bien qué hacer, y ve caer una lágrima por su mejilla, como si hubiera esperado que ella bajara la guardia para salir...

lunes, 9 de julio de 2012

Necesidad (Ella)

Tu aliento cálido acaricia mis labios sin dejar de mirarme. Me siento pequeña, tonta, un juguete, una muñeca, mirando la sonrisa que mantienes mientras yo te mantengo la mirada como puedo. Y es que no sé por qué no me besas, ni me dejas a mí hacerlo, inclinándote sólo un poco más...si no fueras tan alto, te lo hubiera robado. Intento "salir" del paso dándote un fugaz beso hacia la mejilla, y apartándome hacia atrás. Tú me aprietas contra ti y te inclinas...para abrazarme, y dejar que me aparte.

- El autobús saldrá pronto, vamos a la sala de espera, hay sofás y fijo que estaremos más cómodos.

- Vamos...

Recojo la maleta, me ajusto el bolso, y te sigo, hecha un manojo de nervios, porque no sé ya muy bien qué esperar. Llegamos a los sofás, efectivamente me gusta la estación, y nos sentamos. Dejo mi bolso sobre las piernas y la maleta a mi lado, y no sé ni qué decir ni a dónde mirar. Me duele el pecho, estoy cansada, nerviosa, y ahora, asustada. No consigo pensar en otra cosa. ¿Hice bien en venir? Sólo quiero inclinarme sobre ti, jugar con tu mano, besar tu mejilla, dejar que me acurruques...y estoy sentada, tensa, mirando a lo lejos, con la mano en el mentón y las piernas cruzadas, sosteniendo la correa del bolso enredada en un brazo.

Si me dices algo, no lo escucho. Sólo pienso en evadirme. En rehacer la llegada para no parecer tan...¿Entusiasta?


Necesidad (Él)

"Esto es sólo para poder sentir tu aliento...mirar tu mirada, descubrir la incredibilidad, la ilusión, el deseo...decirte: por fin"

Después de una espera agonizante.

Por fin, un sentimiento profundamente intenso puede ser liberado, un pálpito tan fuerte en el pecho que sacaría mi corazón para entregártelo en tus manos, ahora que por fin puedo tocarlas.

"Por fin..." Por fin puedo acariciar tu cara, por fin puedo desatar el deseo de besarte y mirar tus labios, por fin, por fin podré mirar al techo por estar nervioso de tenerte conmigo, por fin podré avergonzarme de que me dediques una sonrisa...

No podría besarte, no todavía, estropearía la única oportunidad de que sea más especial aún, así que haré alarde de todo mi valor y aguantaré hasta que llegue el momento perfecto, casual, inesperado...que se alineen los astros, que se pare el tiempo, que el mundo nos observe en ese momento, en que mis labios viajarán hacia los tuyos movidos por el destino. Es lo menos que puede hacer después de haber jugado con nosotros...

Principio (Diálogo, ella)


Hoy...soñé algo peculiar.

- Estábamos tú, y yo, y una cama... Fue algo super hermoso...¡¡¡Y me desperté!!! Y te fui a mirar, y solo vi tu espalda. De ese sueño te recuerdo a ti, y a mí...los dos en la cama, tú empezando a besarme. Recuerdo tu mirada, aunque no se si será como la realidad. Recuerdo alguna caricia...

- ¿Mi mirada? ¡¿Cómo era?!

- Pues...era una mirada muy dulce...y tierna...

- Ojalá...pueda estar a la altura de tu sueño.

- Yo sé que, en este caso, los sueños ni se acercan a la realidad.

- ¿Por qué?

- Porque por mucho que te conozca y te sueñe, la tú que yo quiero es la real, y cuando pueda memorizar, con la mía, el tacto de tu piel, ese momento, real, y quizás, ridículo, será insuperable.

- ...Quiero quererte.

- ¿Qué?

- Eso, que quiero quererte. Quiero enamorarme, quiero beber de ti a diario. Quiero ir contigo y no pensar ni en las consecuencias ni en nadie que no seamos tú...o yo.
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Bajo del tren. Adormilada, cansada, nerviosa, excitada, intranquila, feliz...llevo la maleta tras de mí, el bolso colgando, estoy segura de ofrecer un aspecto deplorable, me planteo buscar primero un baño y adecentarme, y miro a mi alrededor, buscándolo...y te veo a ti. Parado en el andén. Mirándome con una sonrisa, esperando a ver cuándo me daba cuenta de que ya estabas ahí. Me hielo. Ardo. Fuerzo una sonrisa que los nervios no querían dejar salir. Empiezo a caminar hacia ti. No te mueves. Me acerco. Cada vez más apurada. Suelto la maleta. Dejo que el bolso cuelgue. Corro. Salto...

...y me cuelgo de tu cuello, por fin. Te miro, no digo nada. Me aprendo el color de tus ojos mientras noto cómo mis mejillas están del de las amapolas. Qué escena tan peliculera, qué tonta...no dices nada. Sólo sonríes. Tienes cogida mi cintura, y me aprietas contra ti. Noto que tiemblas. Te inclinas hacia mí...

-Bienvenida...-un susurro, nervioso, bajo, tímido, lleno de ganas...y tus labios, poco a poco, cada vez más cerca...de los míos.

viernes, 6 de julio de 2012

Ojalá pudiera regalarte el olvido...

‎- Si pudiera hacerte olvidar, lo haría sin dudarlo. - Querrás decir, si pudieras borrarlo, ¿No? Volver el tiempo atrás, y eso... - No...querría hacerte olvidar para que no sufrieras las consecuencias. Yo no quiero olvidar nada, porque fui feliz en tus brazos, en tu boca, y en tu piel. Y porque en lo más profundo de mi horrible ser, no me arrepiento en absoluto. Nada. Ni un ápice. Sólo lo hago por lo que te he causado a ti.

miércoles, 4 de julio de 2012

Partirme o desaparecer

Ojalá fuera tan sencillo hacer cualquiera de las dos cosas. Ahora mismo ni mi cabeza es mía. Mi corazón, bah, está roto, da igual quién lo intente, no funciona sin un poco de 3 en 1 y muuuucha paciencia. Pero mi cabeza, ésa, es otra historia. Mi cabeza vuela hacia mis errores, hacia mis pasiones, las más altas, y las más bajas..., vuela hacia unos labios, hacia unos ojos, hacia unos gestos. Y no puede desenredarse de todos ellos. Bebo de un recuerdo fugaz y terriblemente tierno, pensando simplemente, lo mala que puedo llegar a ser para ti. Querría pensar en estar en tus brazos. Y no es buena idea pensar. Me gustaría dividirme. Pero ante la imposibilidad...supongo que no estaría mal desaparecer...